miércoles, diciembre 28, 2011

D.N.A.

Último año del secundario. Último enfrentamiento. La final de finales...
Nos habíamos ubicado al frente del kiosquito de Martita, ese fue siempre nuestro sector de barra brava y marcamos más que nunca, como perros, el territorio. Hubiésemos deseado jugar contra el "C" pero el destino quiso que nos cruzáramos por última vez contra el turno mañana, nuestro más despreciable rival.
El partido no fue muy distinto a los otros combates: improlijo, algunas jugadas aisladas del estúpido de Maximiliano Arriaga (el que jugaba en la A.I.F.A. -Asociación Intercolegial de Fútbol Amateur), mucho roce; en particular cuando nos atacaban y "El Oso Peralta" imponía su presencia como último hombre de nuestro equipo.
¡Matalo, Oso! ¡Matalo! (rugíamos, cuando se escapaba "el Tincho" y con un zurdazo tremendo tatuaba "Gómez" en nuestro travesaño).
Los del "A", respondían: "¡Oso, cortate las uñas maricón!", cada vez que Peralta despejaba sin estilo.
Un sólo detalle, o mejor dicho: la anomalía se presentó a los 85 minutos.
Salí por abajo, eso de tirar la pelota hacia arriba siempre me pareció una lotería. La cosa fue que jugué con "El Oso", este sí le dio un puntazo y picó (como siempre picaba por la derecha-tenía una leche bárbara-)Benítez, Benítez llegó al banderín y mientras todos gritábamos ¡Tiralo! ¡Tiralo! Benítez lo tiró.
"El oso" saltó a cabecear y cabeceó pero...le dio al codo del negro Bustos. Tambaleó un poco, se acomodó y le mostró al árbitro el perfil derecho de su rostro, en señal de que estaba en óptimas condiciones. Mientras, con la otra mano se secaba la sangre que chorreaba de la ceja izquierda. El partido continuó pero...fue distinto.
Minuto 89. Ahora sí salgo con un pelotazo largo, bien largo. La pelota cae dentro de la 18, hay un tumulto, polvo que se levanta, no se puede distinguir dónde está el balón. En eso aparece "El Oso", estira bestialmente la pierna hacia atrás y mientras varios del "A" se hacen a un costado y mientras Arriaga no llega a bloquear, "El oso" le da un patadón a la tierra, se toma el tobillo por el dolor, la pelota deja de picar y el celador: ¡cobra penal!.
Fue una locura, un descontrol, casi nos vamos a las piñas. Los barras nuestros estaban alienados: "¡...el A se la come el B se la da...!". Roja para Gómez. Amarilla para Arriaga. El árbitro sabía que se había equivocado pero no podía dar marcha atrás. En esa batahola, "El oso" tomó la pelota y se fue a hablar con el referí. Sólo escuché que, con cara de pánico, le contestó: "...lo vas a tener que patear, ya lo cobré...pensé que Arriaga te tocó".
Y así fue, Peralta tomó el balón y se dispuso a sentenciar el encuentro. No tomó carrera, silbato... y "El Oso"...simplemente...¡le alcanzó la pelota al arquero! Otro caos, nuestros barras le gritaban: "¡Vendido! ¡Se ve que el golpe te desequilibró! ¡Trasplante de cerebro para Peralta!".
La desgracia no terminó ahí, el "A" sacó rápido, tocaron con Arriaga, Arriaga hizo una "maxi" jugada y llegó hasta el área. Hasta ahí llegó porque "El Oso" le dio un patadón que lo levantó por el aire y cayó de espaldas al piso. Silbato fuerte y penal. Otra vez la locura, el caos: "¡Oso puto! ¡Nos cagaste la vida!" (Gritamos totalmente cabreados).
Roja para "El Oso". El celador advierte que una vez pateado el penal, todo terminaría.
Ni me inmuté, sólo le dije al gran arquero que teníamos en el "B": "Eso sí fue penal, antes sólo la pifié".
Maxi se paró frente al balón, era la oportunidad de que nuestro arquero quedara en la historia. Arriaga era diestro, seguro va a patear hacia su derecha. Silbato, El chino va a la izquierda y...un fuerte pelotazo mete nuestro orgullo bien al fondo, a la derecha del portero.
"Bien pateado", le comento nuevamente al chino.
Silbato final y... mientras todos los barras-compañeros me rodean para pedirme explicaciones, les digo serenamente:
"Ni piensen que voy a Bariloche con Uds, a esa farsa puta yo no me prendo"

martes, diciembre 20, 2011

Día bonus

El día se desempeña casi con total normalidad: un joven camina orgulloso con una horquilla en la mano, ha de estar armando su propia bicicleta. Una chica con un piercing arriba del labio pasa, parece que le queda largo, es decir: vuela la piedrita como un centímetro por encima de la piel. Pobre, ha de pensar que le queda bien. Me pone nervioso tal improlijidad y decido mirar desviado. Voy a moverme un poco. Paso al lado de un hombre mayor sentado sobre una pirca, ojalá no llegue a viejo. No soportaría la idea de ponerme esos pantalones marrones que divorcian los testículos, no soportaría la idea de dejar mis uñas largas, no soportaría la idea de cohabitar con la meada. Ahí viene una mujer alta, impecablemente vestida, vestido fresco que llega casi a los tobillos, maquillaje perfecto, tendrá unos cuarenta y tantos...buenas sandalias, haciendo juego con la cartera, accesorios precisos salvo...unos lentes demasiados grandes para su rostro, pero combinan. En realidad es una cuestión de gustos ese detalle. Le suena el teléfono: "¡Hola amor! ¡Sí amor! Estoy cerca. Nos Vemos amor. ¿Recién llegaste amor? Ok.. ¡Besos amor!". ¡Qué lástima!, no lo ama. Por eso tiene que convencerse repitiendo...como el corazón no lo va a sentir nunca, no queda otra que racionalizarlo, acostumbrarlo a eso. Ahora pasa un chico rubio, ojos claros...han de estar locas las mujeres con él. Se debe cansar de llevar chicas a la cama. Las mujeres la tienen clara, si quieren coger saben ir a lo seguro (tienen un radar para eso) y cuando quieren formar familia buscan a un boludo como yo, obviamente tenés que transitar largos meses de histeriqueos y luego con suerte, lográs tocar una teta. Se debe notar en la cara: el rubio o morocho o lo que sea, es para coger y ese boludo es para "cosas serias" hay que enamorarlo y tenerlo agarrado de los huevos.
Todo se desarrolla casi con total normalidad, pasa un caballo...las riendas sueltas, veo sólo las patas del jinete en los estribos. No tiene torso, no tiene brazos ni rostro. Lo saludo porque a lo mejor no estoy viendo bien las imágenes (de lejos he empezado a ver sin suficiente definición), lo saludo con la esperanza de que aparezcan las partes que están ausentes, pero no hay cambio alguno.
Si no fuera por ese detalle insignificante, incomprensible e irrelevante hubiese sido otro día menos de vida.

miércoles, diciembre 07, 2011

MADEJA (Chapter 8)

(Si te perdiste o querés releer/reveer los capítulos anteriores andá a www.madeja.com.ar o clickeá el siguiente enlace: MADEJA)



(Malbeck caminando en la plaza del barrio. Gente andando en bici, perros
rompiendo bolsas de basura, parejas tomando helado, chicos hamacándose, etc.).

Estoy cansado.
Mi cuerpo lo siente, mis piernas apenas pueden sostenerme.
Mis fémures son como agujas que se introducen cada vez más en el coxal y lo
perforan y le trazan ojales a mis vísceras y terminan saliendo por mis hombros y quedan mis patas a los costados del mentón.
La gente me cansa. No me es posible digerirla.
Ojalá alguien me convenza de que no es cierto, de que no es cierto pensar lo que siento.
Muchas veces tengo la sensación de que…

(Todos los personajes de la plaza lo señalan y se ríen)

todo el mundo se burla de mí.
Si al menos… alguien con un megáfono dijera:
¡Corten! ¡Corten!
¡Vamos de vuelta: toma 1, retoma 2!
Y se acabe este complot.
O… ¡que aparezcan los créditos!
Si tan solo hubiera algo a que aferrarme…
Mis grandes estructuras, se han desmoronado. A veces pienso que sería sano creer en alguna pelotudez como por ejemplo: la cintita y la cura del empacho o en el “zoo-diaco”.
Pero, lamentablemente, tuve que ganar esa maldita carrera de espermatozoides.
Y encima agarré la sortija para girar y girar y girar y girar... ¡en esta calesita mental!

(Malbeck se sienta en uno de los bancos de la plaza, junto a un linyera)

No Malbeck, la gente no es mala.
¡Eso podrías decirme vos! ¿No?

(El linyera ni siquiera lo mira).

¿Cómo? , te respondería incrédulo.
No es mala la gente; repetirías, dejando la caja de vino en el piso y mirándome a los ojos.

(El linyera, en realidad, sigue tomando su tetrabrick).

Y yo, reprochando te diría:
Fijate croto que, desde que una persona nace, le intentan meter rasgos de humanidad. Eso quiere decir que no es innato el bien.
Se le enseña un idioma, a no cagarse en los pantalones, a comer, a dormir, a caminar, a compartir,
a no pelear, a amar, a no violar, a no mentir, etc., etc., etc.
El hombre es naturalmente malo e intenta desesperada y fallidamente componerse.
La vida para él, es luchar no sólo contra esa corriente congénita sino contra un cauce también vil.
Me gusta conversar con vos…
¡Te mereces un regalo!

(Se ve a Malbeck dándole indicaciones y plata al linyera)

(El linyera ingresa al prostíbulo donde trabaja La Turca, la toma de la mano y se meten a una habitación).

(El linyera sale del lugar, La Turca lo besa y Malbeck se descontrola)

¡Sos una Puta Turca! ¡Basura! (Malbeck la toma del cuello e intenta ahorcarla).
Madama- ¡ Policíaaaaaaa!

(Varias trolas salen en defensa de La Turca pateando y empujando a Marbeck hasta la calle)

¡Son unas sucias! ¡Cucarachas! (grita Malbeck)
¡Hijo de puta! ¡No te quiero ver más por acá!
¡Si llegas a volver…ya sabés la que te espera! (responde La Turca)
¿Ves lo que te digo…? ¿Cómo te llamabas…?

(el linyera lo mira pero no responde, sólo mueve las manos dándole a entender que no puede hablar)

¡La puta que lo parió! ¡con razón nos llevamos bien…! ¡Sos sordo!
Bien, como te decía:
Ya que somos tipos grandes, contame… ¿Te harías un tatuaje con el nombre de tu amada?
Decime si no es una payasada eso de que si cerrás los ojos podés reproducir con exactitud su rostro.
¡En la “Turca” vida pude hacerlo!
Te debe haber dado hambre… vamos a llenar ese estómago.
Lamentablemente, no te puedo llevar a lo de “Ohh Mar”.
Te hubiera encantado…

(Se sientan en la mesa de un restaurante modesto y Malbeck continúa con su monólogo).

Te confieso algo, porque al fin de cuentas somos… ¡como parientes!
¿Acaso tenemos algo que perder?
¿Acaso no soy también un pordiosero?
Desenmascararemos un gran mito, bah vos la debes tener más clara que yo…
La soledad es conveniente.
Decime si a la corta o a la larga, no terminas pateando los castillos de arena del aire para…¡construir un Desierto terrenal!

(El linyera se toma la cara con las manos y comienza a llorar desconsoladamente).

(Malbeck intenta calmarlo pero no puede. Rumores varios en el restaurante).

Probá este vino…te va a hacer bien, ya vas a ver.

(El linyera agarra la botella del pico y le da un buen sorbo).

Hay cosas peores… mirá, sin ir más lejos…
¿Cómo es posible que a las otras mesas siempre les toca el mozo más ágil?
¿Por qué tengo que tolerar el crujido que esa vieja hace con su dentadura postiza?
¡Si no callan a ese chico malcriado lo adobaré antes de freírlo!
Siempre traen, primero el pan y segundo la bebida.
¡Queremos lasaña!
¡Detesto los restaurantes!
Un solo diario para 157 personas y nunca falta el pelotudo que lo deja desarmado o que pegotea las páginas con mermelada o gelatina.
No quiero imaginar que ese cajero, con sus uñitas largas…amasará nuestra comida o que utilizará la salsa existente en el bigote de aquél viejo pervertido.
Disculpe… ¡la mesa está llena de migas!
Ehhh…los cubiertos están mal lavados, ¿los podría cambiar?
Pst! PssssT!! ¿Cerraría la puerta de la cocina? ¡La ropa se impregna de olor!
¡Gracias!
Ahh, ¿me traería hielo?
Sordo, no sé si me estoy poniendo viejo pero ya no tolero los hielos de esas hieleras de mierda que vienen ahora ¡quiero hielos grandototototes, como los de antes! ¡Quiero limpiarme la boca con el mantel o con un repasador y no un rollo de cocina ni con esas servilletas de nylon que desparraman en vez de absorber!
Me conformo con poco, con levantarme y ponerme 2 medias negras...
¡pero que sean del mismo par!
¡Quiero ver a un ciego fumando!
¿Nos traería otra botella de vino?
Mirá cómo adivino…seguro que al imbécil se le rompe el corcho.
Seguro que nos vienen a preguntar si tenemos cambio para pagar.
Seguro que la lasaña está hecha con albóndigas, ravioles y ensalada rusa molida.
Seguro que nos ofrecen de postre: flan
¡Decime si esa consistencia gomosa no lo asemeja al vómito!
Vamos sordo, llevame vos ahora a un buen lugar donde pasar la noche.
Necesito descansar.


Continuará…

jueves, diciembre 01, 2011

Pájaro de fuego

Amanece, el cielo límpido se enchastra por los aviones: uno, dos, tres, cuatro, miles de aviones surgen de la nada, se ennegrece el sol. ¡Cuánto estrépito! ¡Pareciera que la bóveda se fuera a quebrar!
Las vacas, las malditas vacas también aparecen. Miles de vacas embisten a la gente y ni bien son tocadas, las personas se transforman en muñecos.
Miles de muñecos de plástico empiezan a corretear por los sembrados. Intento rescatar algunos niños de tal terrible desenlace pero son demasiados para mis brazos. Disparos. Alguien con escopeta le tira a las vacas. Las vacas se prenden fuego e incineran a los muñecos, los derriten. Corro hasta el rancho del tipo de la escopeta. El aire está impregnado con olor a carne y plástico quemado. Las bolas de fuego con patas se nos acercan. No hay manera de detenerlas. Una bola gigante impacta y la escopeta cae al suelo, el pelele queda calcinándose. El rancho es una hoguera. Mis pelos comienzan a hacerse de paja, todo mi cuerpo: de trapo...¡Soy un espantapájaros achicharrándose!¡Soy un espantapájaros achicharrándose!...