sábado, diciembre 29, 2012

A/MAS

Sería bueno que...
seas una lacra inmunda sin códigos, sin principios y con nudos y desenlaces,
que siempre dejes la basura en el cordón para que los perros la rompan,
que seas de las que se tiran pedos en los ascensores,
que tengas "sentirlo" común y no inusual.
Seria bueno que , por ejemplo: no me quieras más de lo que un niño quiere a un trompo,
que vueles incesantemente sin poner nunca los pies sobre el mar, o sobre el desierto o sobre la gramilla o sobre la nieve o sobre el barro o sobre el viento o sobre el plástico alveolar.
Que no sueñes más que con dinero o con estropear el mundo,
que te cagues en "el otro".
Que seas mala. ¡Eso!, ¡ojalá que seas bien mala e indolente!
Entonces...
sin ningún tipo de tapujos
podré, fácilmente,
desentrañarte.

viernes, diciembre 14, 2012

Desenlace

En uno de esos nichos que hacen ahora en las paredes modernas, estaba el jarrón de la abuela. Si bien no combinaba con la tecnología tecnológica que pululaba a su alrededor, todos estábamos conformes de que, de alguna manera, la historia familiar: se mantenía vigente.
Pero a Valentín y a Simón les importaba un pito que la abuela estuviera requetemuerta, es más: el único contacto que tuvieron con ella fue a través de fotos. Y con sus 7 y 9 años respectivamente, tampoco tenían noción de lo que implicaba retener un recuerdo pesado.
Mientras correteaban por el living, Simón alcanzó a Valentín y lo tomó de la remera. Valentín le dijo que no había sido tocado porque "...la remera no forma parte del cuerpo." Simón retrucó diciendo que "...si  la remera no forma parte del cuerpo sacátela y quedate desnudo!" Todos reímos ante la ocurrencia; pero ellos, ni se inmutaron y continuaron con el tira y afloje.
De repente surgió un grito que apagó las risotadas : "¡Simón, soltalo, le vas a romper la remera!"
Y el obediente de Simón...lo soltó.
 Todos vimos a Valentín salir despedido, intempestivamente, hacia la memoria. Su mano apenas rozó el jarrón pero bastó para que éste tambalease y se dirigiese, fatídicamente, hacia el suelo.
Obviamente nos partimos en 10 mil pedazos.
El silencio encapotó todo el living unos instantes, hasta que... un grito arengador felizmente lo fulminó:
"¡Rotos los grilletes!".


miércoles, diciembre 12, 2012

Eco en el corazón

Obtuve de él, la más escalofriante confesión que jamás hubiera imaginado.
Resulta que en mi barrio, hay una pareja de esas que no se separan ni para ir al baño. Pues bien, un día que él  estaba encargando un desayuno sorpresa en la panadería para ella, no pude más de la intriga y le pregunté sobre su almibaramiento.
Obvio que me dirigí respetuosamente y de más está decir que realicé mi famosa introducción referida a la dogmatización del amor.
La cosa fue que el tipo no me dejó terminar y tomándome del brazo con firmeza, me sacó a la vereda.
Ahí, en medio del mundo y a la vez en medio de la nada, recibí el siguiente testimonio:
"...¡qué queres que haga! ¿que la deje y se quede con la casa? ¡y que luego yo tenga que ir a vivir bajo un puente porque no me alcanza ni para el alquiler! ¡si seguro que el 30% para los chicos lo va a usar con algún macho nuevo! ¡desde acá hasta la China que conviene amarla...!"



martes, diciembre 11, 2012

Falling Down

Decidí comenzar distinto el día y, gracias a mi elasticidad; pude apoyar primero, el pie derecho en el piso: garrafal error.
No sé por qué siempre tengo esas ridículas ideas; toda la vida asenté primero el pie izquierdo al salir de la cama (de temerario que soy) y nunca me pasó nada y ¡Justo ahora se me ocurre cambiar!
¿Que pasó?
Les cuento: ni bien "toquel" suelo, el cerámico "se stiró" unos centímetros hacia abajo, ¡como si fuera un chicle o un vidrio a mil quinientos grados!  Instantáneamente quise salir de la situación y apoyé el otro pie bien lejos como para asegurar firmeza pero no hice más que liarme "profundamente" en el asunto.
Medio metro por debajo de la superficie, preocupaba, y peor aún, cada vez que me movía o que intentaba asirme del borde para salir, me hundía otro mucho más.
En un santiamén, me encontré inmerso en una especie de vejiga gomosa ...¡fagocitado por mosaicos! ¡Haberles tomado la junta más ancha quizás me hubiera atenuado el castigo! ¡Haber sabido que se sofocaban! ¡Cómo fui tan insensible!
 ¡Lamentablemente, pasaré el resto de mi vida junto a una zapatilla, unos bichos bolitas, un cargador de celular y un montón de piel muerta!
Me lo merezco, por filántropo.

jueves, diciembre 06, 2012

La muerte de él

Despertarse con las manos ensangrentadas no es un  panorama alentador para un comienzo de día.
Y mucho menos aún cuando las sábanas y toda la habitación, también están "acoloradas".
Intenté concentrarme en los acontecimientos previos que pudieran vincularse con el hecho en cuestión, pero no logré arribar a ningún indicio sensato que me permitiera desentrañar el enigma.
Sólo descubrí que la mayor cantidad del fluido encarnado se escurría por debajo del placard.
¡Vamos a ver de qué se trata todo esto! (me dije con denuedo mientras deslicé la puerta raudamente).
Ahí dentro yacía, completamente descuajeringada, La Soledad: mi más bella y fiel compañera.