sábado, junio 14, 2014

Los desfibriladores

¿Nunca creí en el amor?
¡Bah! Creo que, sólo una vez tuve dudas.
Hará unos años... me choqué con M. ¿Acaso enamorarse no es una colisión?
La cosa fue que, si bien nunca nos besamos, ni nos dimos la mano, ni nos abrazamos, ni nada de nada: demasiado nos sentíamos.
Lo de no dejar de pensar en otra persona es cierto, te pasa. Haces todo como si, realmente, alguien estuviera junto a vos (cosa que nunca sucedió), pero eso no es nada del otro mundo: a cualquiera le sucede.
Lo que a cualquiera no le ocurre es que, a diferencia de otras parejas que se toman un tiempo para saber si se quieren, nosotros cada vez que veíamos que la cosa se iba tornando queriblemente inconmensurable, nos desfibrilábamos.
Así es, lisa y llanamente, pelábamos unos cables y nos dábamos una panzada de corriente continua para despolarizarnos.
¡No era cuestión de andar cremando fantasmas!




viernes, mayo 30, 2014

Red Button

Cuando menos me di cuenta ya estaba en "El Durazno".
Me quité las medias y los zapatos, desajusté el nudo de mi estómago, arremangué un poco el pantalón del traje y me metí, hasta mis pantorrillas, en ese hermoso río acarozado.
Los insultos al flamante Jefe de Departamento y mi posterior renuncia habían quedado a más de 130 kilómetros de distancia.
Ahora, Johnnie Rojo se aferraba desesperadamente a mi mano derecha,  y una correntada le tiraba los brazos a mis ojos para acunarlos.
Repentinamente, ocurrió lo pensado:
Salió un tren del agua.
Escupió humo como si fuera una ballena y el silbato chilló tanto que ahuyentó a los pechitos amarillos.
Se quedó un rato esperando en vano y luego se sumergió.
-...sí mi amor, termino unas cosas y voy para allá".
Nadie te dice qué pasa cuando el tren de uno ya se lo ha tomado otro y tampoco mencionan que, en los otros, hay un desperfecto en el mecanismo para la frenada de emergencia.








miércoles, mayo 07, 2014

El cacharro

De repente...me llené de tristeza.
Como un cacharro con la lluvia.
Un cacharro que nunca lo engalanaron para que sea parte de este entumecido decorado.
Un cacharro olvidado, condenado a larvas de mosquitos y a los disparos de un tiempo sin pulso.
Ni siquiera servil porque, perros sin lenguas.

Me llené de tristeza.
Como un cacharro bajo una canilla rota.
Un cacharro que, para que no sienta frío,
la
vida
le
cubre
con
óxido
el
cobre
que
corre
por
sus
venas.










miércoles, abril 09, 2014

Topetazo en la coyuntura

Debo haber vuelto luego de 20 años.
Nunca imaginé que, luego de tanto tiempo, le cortaría el césped al complejo vacacional que disfrutaba cuando era niño.
Claro que, ahora, la perspectiva había cambiado.
Me entristeció ver el estado de abandono en que se encontraba. El proceso de reducción que sufrió el predio, agigantó mi amargura; pero las gotas, realmente florecieron al momento de ver "el sector de juegos".
Ahí estaban el flipper, el metegol, la mesa de ping pong y el gálaga, completamente solos.
¡Y me empaché con desamparo!
Ansiar que el recuerdo desvalíe al pasado, es como desear que el amor jamás olvidase lo que fue.

sábado, marzo 29, 2014

Los insolados

No sé de quién vino, pero se escuchó decir:
-¡Por culpa del sol estamos envejeciendo! ¡Hay que apagarlo!
Todos estuvimos de acuerdo y armamos una inmensa cadena humana que flotaba en el aire y se prolongaba hasta ese disco dorado. Juntamos millones de baldes  y nos organizamos de la siguiente manera:
con la mano derecha pasábamos el lleno y con la izquierda recibíamos el vacío.
Sucedió que, el calor fue tan insoportable que los que estábamos en el extremo superior, cercano al sol, terminamos tomándonos la poca agua que no se había evaporado.
De repente surgió otra idea:
- ¡Hay que taparlo!
Todos nos pusimos a tejer una inmensa manta para cubrirlo y una vez que concluimos, intentamos colgarla de algún lado pero no había dónde fijarla. Si bien la pudimos mantener sostenida un buen tiempo y le dimos un poco de juventud a los de más abajo; el intento de  abulonarla contra el cielo fue todo un fracaso porque los fisher no se adhirieron.
Desesperados, surgió la magnífica idea de que el sol, como era viejo: debía funcionar con tapones. Nos pasamos un buen tiempo buscándolos para desenroscarlos pero, escaseó lozanía.
Nos vimos encorvados, malhumorados, desilucionados, resignados y opacáceos.
A la mañana siguiente, todos aparecimos arrugados.
De cara al círculo en llamas y antes de mi último parpadeo, lamenté no haberlo puesto sobre una mesada de mármol... ¡La diferencia de temperatura lo hubiera hecho trizas!.

jueves, marzo 27, 2014

Ahora no puedo amarte, tengo llevar a reparar el termotanque y después menos porque corto el pasto.

                                                                     Yo te amo.
                                                                    ¿Tu me amas?
                                                                 ¡A él también lo amaste!
 ¿Qué carajo tiene que ver eso con nosotros?
                                     ¡Al fin y al cabo, vos y los otros son todos iguales!
                                                                       Ellos se aman y se desaman fácilmente.
                                                     

martes, marzo 25, 2014

∞ Love

Yo vi una gringa  zamarreando a un flaco que era una cabeza más alto que ella.
Estaban en la vereda del Observatorio Astronómico de Córdoba, eso es lo que yo vi.
Pero no vi que Edgardo se pasaba todo el día y toda la noche estirando su ojo por el telescopio. Solía trabajar hasta los domingos; su vida se circunscribía a las contemplaciones no terrenales y a Liszt.
Yo no vi los auriculares encarnizados a sus oídos, tampoco vi su "pazión". Ni siquiera vi cómo la matemática ordenó sus huesos,  ni el sentido que le había encontrado a todo lo que observaba.
No, yo no vi  el verdadero amor que descubrió en el cosmos.
Sólo vi a Belén que, vehementemente, le pedía que la mirara.

jueves, marzo 13, 2014

Marlene, La Chinche

De repente, un coro de carcajadas apagó al mar.
Tropezando con las sombrillas y salpicando arena para todos lados, apareció un ser grotesco que llevaba puesto un traje de baño de una sola pieza y los bracitos inflables de "Marlene, la Chinche".
Al instante reconocí, detrás de varias capas de protector solar, al "Mostro Gómez".
Pero esta vez no iban a distraerme sus estupideces, así que, mientras los demás se burlaban de él, yo intentaría dilucidar el sainete.
Tomó envión y se tiró de panza cuando la ola se retiraba de la costa. Se dio de lleno contra la arena húmeda. La gente comenzó a sacarle fotos y a filmarlo; estaba otra vez dando un espectáculo.
Él ni se inmutó, levantó los brazos y cual competidor de natación se preparó para un clavado (mortal).
Yo encajé mi vaso en la arena, me levanté de la reposera y de brazos cruzados...descubrí lo inimaginable: ¡El Mostro no tenía sombra! ¡Prácticamente se me llenaron los ojos de lágrimas! Busqué ratificar mi hallazgo en su mirada pero creo que se sintió desenmascarado y canceló su salto para salir corriendo por entre los espectadores.
Obviamente lo seguí.
Salió de la playa y comenzó a zigzaguear por entre los autos; lo perdí de vista unos segundos hasta que vi algo parecido a él metiéndose dentro de un bar de medio pelo.
Estaba apoyado sobre la barra tomando una cerveza. Ahora vestía  un impermeable y un sombrero de ala ancha negros.
Le toqué el hombro...y...¡Su mirada me atemorizó! ¡Fue una mirada entoldada!
En el acto comencé a refregarme los ojos y a sentir cierta salinidad en mis labios.
Mi panza apareció sobre la arena húmeda y un cúmulo de gente se mofó de mis flotadores de "Marlene, la Chinche".
Antes de salir corriendo desesperadamente,  y de tropezar con sombrillas y conservadoras, detecté
entre todos los dedos índices, a un "Mostro Gómez" que, sentado en una reposera, bebía socarronamente un trago de mi agrado.