sábado, octubre 15, 2016

Una Mecha apagada

Debiste, con el tiempo, haber dejado un espacio vacío.
Hubiese sido mucho más sencillo para nosotros.
En cambio, tu espacio vacío quedó...
Lleno de pocillos con yemita y azúcar, cafeses con Manón, reposera de helados y  cementerios perrunos.
Tu espacio vacío se colmó de morales, de panes caseros, de tortas peruanas, de muebles con patas, de patas con muebles.
Se llenó de manos, grandes...frágiles.
Y si hay algo que debiera reprocharte es eso, una mano (la tuya) mucho más nervuda que la mía.
Tu mano, mucho más cerca de la muerte y sin embargo...sigilosa de vida.
Por eso me fui ...
Siempre
fuiste
mas
fuerte
que
yo.