Las patas sobre la arena,
una arena que luego...vidrio.
el vientre candente,
ojos empachados de mar,
un mar que traga atardeceres rosados.
Pero el cocodrilo no llora por esas estupideces.
Tampoco por sus llagas en la sal.
No lo estremece ni el susurro de las caracolas.
El cocodrilo llora solamente,
cuando
se
manduca
sonrisas
de
delfines.
una arena que luego...vidrio.
el vientre candente,
ojos empachados de mar,
un mar que traga atardeceres rosados.
Pero el cocodrilo no llora por esas estupideces.
Tampoco por sus llagas en la sal.
No lo estremece ni el susurro de las caracolas.
El cocodrilo llora solamente,
cuando
se
manduca
sonrisas
de
delfines.
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