¿Y si la muerte fuera un sueño perpetuo?
¡Qué atrocidad!
¡Qué inclemencia!
Roído incesantemente por la utopía.
Y
uno
sin
poder
siquiera
acribillarse.
¡Qué atrocidad!
¡Qué inclemencia!
Roído incesantemente por la utopía.
Y
uno
sin
poder
siquiera
acribillarse.
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