De repente, un coro de carcajadas apagó al mar.
Tropezando con las sombrillas y salpicando arena para todos lados, apareció un ser grotesco que llevaba puesto un traje de baño de una sola pieza y los bracitos inflables de "Marlene, la Chinche".
Al instante reconocí, detrás de varias capas de protector solar, al "Mostro Gómez".
Pero esta vez no iban a distraerme sus estupideces, así que, mientras los demás se burlaban de él, yo intentaría dilucidar el sainete.
Tomó envión y se tiró de panza cuando la ola se retiraba de la costa. Se dio de lleno contra la arena húmeda. La gente comenzó a sacarle fotos y a filmarlo; estaba otra vez dando un espectáculo.
Él ni se inmutó, levantó los brazos y cual competidor de natación se preparó para un clavado (mortal).
Yo encajé mi vaso en la arena, me levanté de la reposera y de brazos cruzados...descubrí lo inimaginable: ¡El Mostro no tenía sombra! ¡Prácticamente se me llenaron los ojos de lágrimas! Busqué ratificar mi hallazgo en su mirada pero creo que se sintió desenmascarado y canceló su salto para salir corriendo por entre los espectadores.
Obviamente lo seguí.
Salió de la playa y comenzó a zigzaguear por entre los autos; lo perdí de vista unos segundos hasta que vi algo parecido a él metiéndose dentro de un bar de medio pelo.
Estaba apoyado sobre la barra tomando una cerveza. Ahora vestía un impermeable y un sombrero de ala ancha negros.
Le toqué el hombro...y...¡Su mirada me atemorizó! ¡Fue una mirada entoldada!
En el acto comencé a refregarme los ojos y a sentir cierta salinidad en mis labios.
Mi panza apareció sobre la arena húmeda y un cúmulo de gente se mofó de mis flotadores de "Marlene, la Chinche".
Antes de salir corriendo desesperadamente, y de tropezar con sombrillas y conservadoras, detecté
entre todos los dedos índices, a un "Mostro Gómez" que, sentado en una reposera, bebía socarronamente un trago de mi agrado.
Tropezando con las sombrillas y salpicando arena para todos lados, apareció un ser grotesco que llevaba puesto un traje de baño de una sola pieza y los bracitos inflables de "Marlene, la Chinche".
Al instante reconocí, detrás de varias capas de protector solar, al "Mostro Gómez".
Pero esta vez no iban a distraerme sus estupideces, así que, mientras los demás se burlaban de él, yo intentaría dilucidar el sainete.
Tomó envión y se tiró de panza cuando la ola se retiraba de la costa. Se dio de lleno contra la arena húmeda. La gente comenzó a sacarle fotos y a filmarlo; estaba otra vez dando un espectáculo.
Él ni se inmutó, levantó los brazos y cual competidor de natación se preparó para un clavado (mortal).
Yo encajé mi vaso en la arena, me levanté de la reposera y de brazos cruzados...descubrí lo inimaginable: ¡El Mostro no tenía sombra! ¡Prácticamente se me llenaron los ojos de lágrimas! Busqué ratificar mi hallazgo en su mirada pero creo que se sintió desenmascarado y canceló su salto para salir corriendo por entre los espectadores.
Obviamente lo seguí.
Salió de la playa y comenzó a zigzaguear por entre los autos; lo perdí de vista unos segundos hasta que vi algo parecido a él metiéndose dentro de un bar de medio pelo.
Estaba apoyado sobre la barra tomando una cerveza. Ahora vestía un impermeable y un sombrero de ala ancha negros.
Le toqué el hombro...y...¡Su mirada me atemorizó! ¡Fue una mirada entoldada!
En el acto comencé a refregarme los ojos y a sentir cierta salinidad en mis labios.
Mi panza apareció sobre la arena húmeda y un cúmulo de gente se mofó de mis flotadores de "Marlene, la Chinche".
Antes de salir corriendo desesperadamente, y de tropezar con sombrillas y conservadoras, detecté
entre todos los dedos índices, a un "Mostro Gómez" que, sentado en una reposera, bebía socarronamente un trago de mi agrado.
1 comentario:
Como es que no me crucé con el Mostro y sus bracitos de Marlene, la Chinche, en Mar del Plata??? Con las ganas que tengo de desconocerlo!!!
Besos, mi gorda, me hace extrañarla demasiado!!!!
Publicar un comentario