¿Quién quiere ser embarrado?

Me tomé varios frascos de Agarol (en ayunas). También ingerí un brebaje con vaselina líquida, ciruelas (pasaditas), lentejas, verduritas, locrito (del 25-5-7), Activia y miel. Y como si fuera poco, me mandé un fondo blanco de clericó fermentado con leche cortadita.
Creo que va a andar (por las dudas me puse un corcho). Tengo que aguantar un par de horas y llegar al estudio de grabación para cagarlo a Julian Weich.
Sí señor. ¿Por qué? Tengo 3 razones contundentes:
1ª) Bien... en mi trabajo, necesitamos toooodos los días "contenedoooores" de monedas (además de fajos y fajos y fajos de billetes...), como en este país de morondanga escasean las "medallitas", los billetes de $2 colaboraban, en cierta manera, inmolándose.
Eso era hasta que apareció el putito de Julián con su maldito concursito en el que el protagonista es "Bartolomé Mitre". ¡Toooodo el mundo a juntar billetitos de 2 para "salvarse" de la indigencia y empezar a disfrutar la vida! (Nadie se salvará , ¡Manga de miserables! , ¿Nadie les dijo que hay esforzarse? ¡Hay que trabajar! ¡Ahh no! Si creen en los milagros, ¡Esto es muy difícil! ¡QUÉ GRAN NEGOCIO LA POBREZA!
Me fui un poquito en la 1ª), sepan comprenderme; a veces me descontrolo.
Situación que fundamentará la segunda razón:
Vino un tipo con unos dólares para vender, antes de darle el cambio correspondiente, le pedí 2 pesitos para redondear, me los dio (muy comprensivo el caballero) y cuando quise guardar el dinero en mi cajoncito el tipo me dijo ¡Pará! ¡Dame el billete! ¡Te doy 2 monedas! ¡No vaya a ser cosa que sea el que tiene el premio! .
¡QUÉ GRAN NEGOCIO LA ESTUPIDEZ!
Tercera: ya no aguanto más, no veo las horas de llegar, quitarme el corcho y... embadurnar todo lo que encuentre: llenar tachos con materia fecal y rociar a todos, enchastrar a los del sonido a los cameraman, al director, a los colaboradores. Sacar con la mano (como si fuera una espátula) camionadas de mierda y salpicar el decorado, no veo las horas de hacer bolitas de bosta (como si fueran pelotitas de nieve) y disparar, desvergonzadamente.
Sé que, en el set de filmación, me mirarán desconcertados. Será tal la repugnancia que nadie podrá contener los espasmos y se suscitarán, indefectiblemente, vómitos concatenados.
Y saldré de allí, tan contento como cuando un bebé hace cacona.