jueves, marzo 17, 2011

Una parte de portland, tres partes de arena y agua

Siete treinta y uno.
El sol es el mismo pedazo de fuego que ayer.
Me pongo de costado en la cama, mirando hacia la ventana.
No dan ganas de bañarse, de cepillarse los dientes ni de desayunar.
Si usara pañales no tendría que levantarme para orinar.
Nada a cambiado.
¡Hasta los pájaros repiten melodía!
¿Por qué nadie dice que la luna es un pedrusco frígido?
¿Qué diferencia existe entre ese golpeteo que la cuchara del albañil da sobre el balde y el latido de mi corazón?
Giro nuevamente, cubro mi cabeza con la almohada.
¿y si...? ¿sólo almuerzo?
Da lo mismo, lo que coma después lo cagaré...
¿Por qué nadie dice que...la nube es una masa de vapor suspendida en la atmósfera, una masa desfigurada que NO GUARDA SUEÑOS: sólo cristales de nieve o gotas microscópicas (necroscópicas).


Siete treinta y uno.
El sol es el mismo pedazo de fuego que ayer...