sábado, abril 28, 2012

Ti (o, terapia intensiva)

- Lo estamos viendo demasiado seguido por acá, ¿Sr...?
-  ¡Albero!
- Bien, Don Albero...la cosa fue que ya le hicimos un lavaje de estómago y le aspiramos toda la arena que tenía adentro. Todo indica que padece de "Ostracismo inverso".
- ¿Qué es eso Dr., nunca lo había escuchado antes? ¡Encima, siempre fui de caerle bien a los demás!
- No, nada tiene que ver con el destierro. Tiene que ver con las ostras, cuando ud. ve una concha o mejor dicho una maravilla de la naturaleza, es decir, una perla; su organismo desarrolla un mecanismo ¿de defensa? y automáticamente la convierte en un grano de arena. Estos granos de arena se van acumulando y evidentemente, cuando menos se da cuenta, ud. se llena de dunas en el interior. Suele suceder que se ignoren los síntomas (por pensarse intrascendentes) tales como: arenilla en los riñones, arenilla en los ojos al despertarse, arenilla en la garganta (como un nudo) o... ¡hasta los delirios constructivos tal como el de fabricar castillos en el aire suelen tratarse erróneamente en un diván!
- ¡Y ahora qué voy a hacer!
- No desespere, debe alejarse de los líquidos, un simple exceso de agua/mar puede no sólo intoxicarlo sino hacerlo estirar la pata. ¡Ojo con la grava y el cemento!...ni se le ocurra juntarse con ellos, salvo que quiera solodificarse y... por sobre todas las cosas...aléjese de los relojeros, no vaya a ser que: termine dándole, grano a grano, su ser y su tiempo a los demás.

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