martes, julio 10, 2012

Amour

Corro esquina San Luis.
Ahí, en esa casona, cogió mi esposa y, seguramente, le declaró su amor a quien entonces era su novio. ¿El nombre del afortunado? Demasiado tengo con esto...prefiero ni mencionarlo...encima el destino se ensañó atrozmente conmigo e hizo que, además de los gustos, nuestras iniciales también coincidan.
Le debe haber abierto las piernas y las debe haber enrollado en su espalda como lo hace ahora conmigo. Lo más probable haya sido que luego de recibir sus fluidos se haya limpiado con  papel higiénico y luego lavado en el bidé, fue y es su práctica de higiene post-coital.
Quizás haya accedido al sexo anal no sin antes decirle que la penetre despacio cosa que ya no hace conmigo porque aduce que ya no está para caprichos.
No una, ni dos, ni siquiera 37 ni 65, durante 6 meses deben haber sido unas 84 folladas ¡Ochenta y cuatro! (más o menos 4 por semana y dos felaciones durante la semana de indisposición).
Otras tantas veces le debe haber dicho que lo amaba con todo el corazón y con toda su alma, como lo ha hecho conmigo. Le debe haber pasado la mano por el pelo y le debe haber dado millones de besos sorpresa, como solía ser su costumbre por aquéllos tiempos.
Es cierto que ella está conmigo desde hace casi 23 años, pero...
¡Se enamoró de él! ¡Y luego de mí!
¡Cómo no voy a odiar al amor!






1 comentario:

Muma dijo...

Y además.....él seguro, segurísimo, que la tenía más grande!!!!