miércoles, enero 23, 2013

Antiparra (Pág. 38, M.D.S.)


Fui N.N.
La primer N es de Nicanor. Lo eligió mi padre (Edgardo Navarro) en honor al poeta chileno.
Mi padre tenía una heladería. Hacía helados artesanales.
Por esos caprichos que tiene el destino, terminé trabajando en la morgue judicial: paleando restos humanos, manguereando las mesadas de acero inoxidable y quitándole las pertenencias a los fiambres para entregárselas en una bolsita a los familiares o allegados.
Nunca imaginé la posibilidad de que papá, viniera a visitarme.
Llegó hoy al mediodía, acompañado de 7 puñaladas esparcidas por las manos, el pecho y el cuello.
Personal calificado le realizó, como dicta la norma, la autopsia y luego de concluir, me concentré en mis quehaceres.
Mientras limpiaba y guardaba sus cosas personales, escuché que dos malhechores habían intentado robarle en el negocio y ante la falta de dinero suficiente uno de ellos lo habría acuchillado sin piedad.
Luego, en el trayecto hasta casa, tiré la bolsa "Para la familia Navarro" en un contenedor de residuos.
Dos vueltas, encendí la luz del comedor, giré a la derecha en el pasillo, abrí el cajón de mi mesa de luz, saqué el revolver calibre 38 y me volé la tapa de los sesos.


1 comentario:

tecla dijo...

Tremenda historia. Aunque bien hilada y contada.
Choca que te levantaras la tapa de los sesos y quedaras para contarla.
Eso sí que es ciencia ficción.
Cómo me alegro de volver a leerte.