viernes, noviembre 23, 2012

Dominó

Al final, fue de noche.
Caminé como siempre lo solía hacer, deglutiendo todo lo observado. Y dentre esos manjares, emergió un tipo con un impermeable.
A pesar de que sólo podía ver su reverso, algo me resultó familiar en él.
La ansiedad se apoderó de mí, o no quise contenerla y tomé la determinación de perseguirlo.
¡Quería ver cómo lucía!
Apuré mi paso pero aún así no pude alcanzarlo porque (intuitivamente) él, había acelerado también su marcha.
Llegamos hasta el muelle, o mejor dicho él llegó hasta borde del  muelle y se quedó ahí, inmóvil.
Me fui acercando, lentamente,...y cuando estaba a punto de tocarle el hombro para que girase: alguien tocó mi hombro y miré hacia atrás.
Había un hombre con un impermeable y detrás de él había un tipo que le tocaba el hombro para que girase y ese tipo recibía a su vez, un toque en el hombro de otro hombre con impermeable, al que también le tocaban el hombro para que girase y así... una fila infinita de seres que repetían el mismo ademán sucesivamente.




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