martes, enero 08, 2013

Harry H.


Carreras eran las que comenzaban con el estruendo de la carabina de Ramón Pucheta.
La crina al viento, mucho ojito con el campo desnivelado (pa´ no sufrir un esguince) y la mirada en un sólo objetivo: el molino de los Heredia. ¿El premio? ¡Nada más satisfactorio que ganarle a "Black Sea" y condenarlo a caballo de paseo!
Esta gatera del Clásico "Ruccio", subyuga. El césped es para ponys y...encima cargo al pelotudo de Leguizamón. ¿Quién se cree que es? ¿Todavía no se enteró que los campeones no son los jockeys?
¡Laaarrrrgaron!
¡Toma la delantera rápidamente el número 4, Lunático! Por detrás, a cuerpo y medio viene Atea... hablando de cuerpo, ¡Qué buen culo tiene!
¿Yo? Cierro, cómodo, la marcha. Me fustean fiero pero desde que no tengo huevos ya no me importa nada. ¡Es más, ahorita mismo tiro al piso a Leguizamón y me quito la careta o mejor dicho los blinkers!
¡Houdini arrojó su jinete al piso! ¡Y se dirige hacia el Grandstand!
¡Tantos años mirando hacia adelante, en contra de mi naturaleza!
 ¡Nunca hubo nada en frente y ya no me queda nada atrás!
¡Todo está hacia los costados, qué maravilla: hay todo un PRESENTE pa´desbocar!...


2 comentarios:

tecla dijo...

Así es la vida, Gorda.
A veces ocurre lo contrario: que no tenemos nada por delante y todo nos quedó por detrás, y como el pasado ya no existe....
Ya me dirás tu.



El tiempo siempre es ahora.
Habitémoslo.

tecla dijo...

Estoy muy contenta por volver a leerte.
Tu vales mucho.