viernes, septiembre 03, 2010

Cielo y tierra

A mi abuela



Cuando me enteré de que “La Abuela Mecha” se había caído, automáticamente tuve en mi cabeza la imagen de un boxeador que, en cuclillas, reaccionaba en el número 8 de la cuenta. Le dieron en el rincón: 1 Oxigenador cerebral, ¾ de estudios que no figuran en la cobertura de la Obra Social y 500 grs. de pastillas (en papilla). Mantuvo los brazos levantados y... la salvó la campana del primer asalto. Todos sabíamos que, si bien había sido sólo un tropiezo, “La Abuela” nunca besó la lona. ¡Es un Tentempié, nunca se cae!
Ella había resistido los huracanes más impíos de la vida, por lo que un simple mareo no debía ser un inconveniente. Su historial era asombroso: más de 80 K.O. contra el Tiempo, 3 victorias por puntos “Sacadas de la galera” vs. Muertes De Familiares Directos y nada menos que 1 empate técnico (por común acuerdo entre las partes) con el mismísimo Señor (sí, sí, sí: El Flaco De Barba).
Esta era “La Pelea de Fondo”... [al menos para nosotros].
Segundo Round: Sólo escucha un bullicio, un zumbido en los oídos. ¡Vamos! Gritemos más fuerte, no sabe que acá estamos: ¡Y pegue y pegue y pegue, Mecha, pegue! Indiscutiblemente, ella es la persona más fuerte que he visto en mi vida: Jab de Izquierda a los Triglicéridos.
Tercer Round: Ahí va. ¡Sí, señor! ¡Qué directo de derecha formidable a la Voluntad! Y eso que se sostiene apenas con el bastón. (¡Porque también, abuela, sos tan coqueta que no querés usarlo!). Uppercut de “La Heredia” a la Desesperanza y nos da cátedra como si fuera una receta de pan casero.
Cuarto y quinto: calmos para “La Viuda de Ochoa”. 4 biznietos y uno en camino le permiten regular aire y bailar sobre el tapiz como Alí. Hasta se da el lujo de apoyarse contra las cuerdas mientras entierra en el patio a su decimocuarto perro.
Sexto asalto: Recibe un cabezazo de las Serpientes que ve en Discovery Channel: “...ay, m’ hijito, cambiá eso que se me han helao las rodías...”. Contragolpe de “María de las Mercedes”: golpe firme al oído de la Paciencia (sobrevive a los estados inaceptables con que regresan sus nietos de las salidas nocturnas).
Séptimo Round: un golpe al hígado de las Milanesas Fritas la obliga a curarse el empacho. También, Abuela: El aceite no se reutiliza, ¡no lo guardes más en la heladera en ese frasquito de Yoghurt! ¡Y no sirve de nada envolverlo en la bolsa!
Octavo: Lanza un Jab derecho (qué bueno que es zurda contrariada) a la Amargura. La Gallina que tenía de mascota la transforma en un escabeche para chuparse los dedos. Ay ay ay me duele la panza de tanto reírme, ¡¡pobre Pompita!! Dame otra porción.
Noticiario: Accidente en Loma del Cachilo: “Baqueano descuartizado por una cosechadora”. Golpe no válido para mi abuela: una semana sin comer cereales. Talán talán: Fin del noveno.
Décimo: 1-1-2 y desmorona la Dependencia pero recibe un golpe a la quijada de la Torta Peruana que se quemó. Vamos, no se me desanime, está bien que se fue a dormir con el horno prendido y que es un peligro, pero bueno, ya está...
Undécimo: Crochet al riñón de La Mecha: saca a pasear por todo el supermercado una media que se olvidó sobre sus hombros. ¡Qué vergüenza! Clinch, abuela, Clinch.
Duodécimo: Finta las frutillas con crema y las derriba con un Hook al mentón, sabe que superará las 135 libras y se ríe tanto que vuela el protector bucal junto a su dentadura postiza. ¡No le cuente, árbitro! ¡Es absurdo!
Antepenúltimo: No puede esquivar un guante abierto de 10 oz que le tira La Soledad. Fuerza, que ya vamos a ver cuándo la visitamos y no me ponga la rodillas en tierra.
Penúltimo: Le muerde la oreja la catarata: ¡así no se puede, viejo! ¡eso es antideportivo!!!! Que termine, que termine rápido, no la veo bien, y sí, ya sabe que con esa jubilación miserable no le alcanza para operarse y menos para un par de anteojos, pero bueno: se recupera. ¡Siiiiiiii, qué golpazo! Al bazo, otro al plexo solar y, lastima, también el arco superciliar derecho del Destino. Compra un DVD en cuotas, sí, señorrrrr, ¡que se hagan agua los helados!
Sabemos cómo va a terminar. Recibiremos un golpe a la punta del corazón, fuerte; tan fuerte que veremos al mundo estancarse. Lo bueno es que La Abuela Mecha se va con el Alma invicta: Jahh! ¡Qué orgullo para esta familia!!
...Y ya lo ve, y ya lo ve, es pa’ la muerte que lo mira por TV...