martes, diciembre 20, 2011

Día bonus

El día se desempeña casi con total normalidad: un joven camina orgulloso con una horquilla en la mano, ha de estar armando su propia bicicleta. Una chica con un piercing arriba del labio pasa, parece que le queda largo, es decir: vuela la piedrita como un centímetro por encima de la piel. Pobre, ha de pensar que le queda bien. Me pone nervioso tal improlijidad y decido mirar desviado. Voy a moverme un poco. Paso al lado de un hombre mayor sentado sobre una pirca, ojalá no llegue a viejo. No soportaría la idea de ponerme esos pantalones marrones que divorcian los testículos, no soportaría la idea de dejar mis uñas largas, no soportaría la idea de cohabitar con la meada. Ahí viene una mujer alta, impecablemente vestida, vestido fresco que llega casi a los tobillos, maquillaje perfecto, tendrá unos cuarenta y tantos...buenas sandalias, haciendo juego con la cartera, accesorios precisos salvo...unos lentes demasiados grandes para su rostro, pero combinan. En realidad es una cuestión de gustos ese detalle. Le suena el teléfono: "¡Hola amor! ¡Sí amor! Estoy cerca. Nos Vemos amor. ¿Recién llegaste amor? Ok.. ¡Besos amor!". ¡Qué lástima!, no lo ama. Por eso tiene que convencerse repitiendo...como el corazón no lo va a sentir nunca, no queda otra que racionalizarlo, acostumbrarlo a eso. Ahora pasa un chico rubio, ojos claros...han de estar locas las mujeres con él. Se debe cansar de llevar chicas a la cama. Las mujeres la tienen clara, si quieren coger saben ir a lo seguro (tienen un radar para eso) y cuando quieren formar familia buscan a un boludo como yo, obviamente tenés que transitar largos meses de histeriqueos y luego con suerte, lográs tocar una teta. Se debe notar en la cara: el rubio o morocho o lo que sea, es para coger y ese boludo es para "cosas serias" hay que enamorarlo y tenerlo agarrado de los huevos.
Todo se desarrolla casi con total normalidad, pasa un caballo...las riendas sueltas, veo sólo las patas del jinete en los estribos. No tiene torso, no tiene brazos ni rostro. Lo saludo porque a lo mejor no estoy viendo bien las imágenes (de lejos he empezado a ver sin suficiente definición), lo saludo con la esperanza de que aparezcan las partes que están ausentes, pero no hay cambio alguno.
Si no fuera por ese detalle insignificante, incomprensible e irrelevante hubiese sido otro día menos de vida.